Karlo Andrei Ibarra

En su obra de 2014 Racimo discursivo Ibarra introduce una variación de su obra Discursos. Un racimo de bananos cuelga de un soporte en reemplazo de un micrófono. Los bananos están atados de una soga que cuelga del techo del espacio de exhibición, aludiendo a la figura del ahorcado. Con el paso del tiempo las frutas se van descomponiendo y la sala se activa por medio del olor y los cambios de color que se dan por el proceso de descomposición de la obra. Ibarra asocia en esta obra el banano, y en particular su cáscara, con la idea de aquello que es resbaladizo y trivial. El banano fue utilizado como fuente de comedia durante mucho tiempo ya que, en efecto, con su popularización en Estados Unidos las cáscaras que muchos tiraban en el suelo de las ciudades después de consumir la fruta producían resbalones imprevistos entre los transeúntes. Sin embargo, en la obra de Ibarra la noción de lo resbaladizo se asocia con la trivialización y banalización de los discursos políticos. Como explica el mismo artista: “Además de este fruto ser parte de la dieta integral de Puerto Rico, las cáscaras reflexionan sobre los agotados y decadentes discursos sociopolíticos y económicos implantados en Puerto Rico por más de 40 años, los mismos que siempre han hecho resbalar nuestra sociedad”.1 Así, Ibarra comenta sobre la muerte y el vacío de los discursos políticos que prometen mucho pero cumplen poco.

1 I https://karloandreiibarra.wordpress.com/discursos-2009/.