ARTISTA |
Glauco Rodrigues |
TÍTULO |
Yes Nós Temos Bananas |
AÑO |
1968 |
PAÍS DE ORIGEN DEL ARTISTA |
Brasil |
DIMENSIONES |
180 x 86 cm |
TÉCNICA |
Serigrafía sobre seda |
Créditos: Cortesía de Bergamin & Gomide
Yes Nós Temos Bananas se expuso por primera vez en el evento al aire libre Bandeiras na Praça General Osório, a camino entre una exposición y una feria de arte, organizado por un grupo de artistas en Río de Janeiro en 1967. En el evento, también conocido como el “happening de las banderas”, participaron artistas como Nelson Leirner, Flávio Mota, Carlos Scliar, Hélio Oiticica, Marcelo Nietsche, Carlos Vergara, Rubens Gerchman, Anna Maria Maiolino, Petrina Checcacci y Cláudio Tozzi, quienes colgaron banderas y estandartes de los árboles y balcones de una plaza pública. Hélio Oiticica realizó su famosa Séja marginal, séja herói para este evento, obra que pasaría a convertirse en un hito del arte radical brasilero. En un ambiente festivo, el acto contó también con la percusión de la escuela de samba de Mangueira y de la recién creada Banda de Ipanema, hoy uno de los principales íconos del Carnaval de Río.
En esos años Brasil se encontraba bajo la dictadura militar y unas pocas semanas después del evento el estudiante Edson Luís Lima Souto moriría en un conflicto con la policía militar, lo que desencadenaría una serie de protestas. A finales de ese mismo año se promulgaría la ley AI-5, que institucionalizó la censura y la tortura. No obstante, a pesar de este contexto, el contenido político de las pancartas se vió disimulado por el ambiente festivo y popular del evento, quizá por la proximidad del Carnaval y la presencia de los tambores de Mangueira y de la Banda de Ipanema, de modo que sus inclinaciones subversivas pasaron desapercibidas.
La obra de Glauco Rodrigues hace referencia a una popular marchinha (canción de Carnaval) del mismo título que explora el subdesarrollo brasileño haciendo alarde, en tono sarcástico, de la abundancia de frutas tropicales en la región. La canción original fue compuesta por Braguinha, cuyo repertorio celebraba la sensualidad femenina y la exuberante abundancia tropical de Brasil. Los bananos de plástico que cuelgan a ambos lados de la bandera o estandarte son característicos de la corriente kitsch dentro del movimiento Tropicália, donde se los usaba para burlarse del «buen gusto» burgués. Es interesante notar que en 1968 Hélio Oiticica, referente clave del arte brasileño, se lamentaba del fenómeno de moda en que se había convertido Tropicália: «Los que hacían ‘estrellas y rayas’ hacen ahora sus loros, plataneros, etc., o se interesan por las favelas, las escuelas de samba, los antihéroes proscritos».
El brasileño Glauco Rodrigues fue un artista autodidacta que participó en colectivos de grabado, trabajó como diseñador gráfico en Sepro en Roma, fue ilustrador y diseñó los carteles de algunas de las películas más icónicas del cine brasileño. Como pintor pasó por un periodo abstracto durante su estancia en Europa antes de integrarse a la nueva figuración brasileña. Su trabajo combina un fuerte interés por lo rural y por las tradiciones del sur de Brasil con una estética pop de colores brillantes y objetos industriales reutilizados. Rodrigues abordó con humor temas relacionados con la identidad nacional brasileña para cuestionar el contexto sociopolítico tras el golpe militar de 1964.