Justin Favela

Por medio de la estrategia de la apropiación Justin Favela recrea la icónica pintura del artista puertorriqueño Francisco Oller titulada Plátanos amarillos. Favela crea su versión contemporánea de la obra a la manera de una piñata hecha con papeles de colores que no solo remiten a la iconografía de la obra de Oller sino también a su materialidad: el artista incluye el marco de la pintura y crea una obra tridimensional que da cuenta de la objetualidad del objeto pictórico. La referencia a Oller no es casual. En muchas de las intervenciones que Favela ha realizado en diferentes museos de los Estados Unidos este artista, que se identifica como latinx, referencia objetos de las colecciones de los museos que le han encargado la realización de la obra. Plátanos Amarillos, After Francisco Oller fue realizada específicamente para la trienal de 2021 del Museo del Barrio en Nueva York y la obra de Oller es una de las piezas fundamentales de la colección del museo. La pintura de Oller, hecha en 1893, representa un racimo de plátanos en proceso de maduración colgando de una soga. Oller utilizó sus estudios de pintura en Francia para crear, en un estilo realista, imágenes que hacían alución a su cultura natal. El plátano es una fuente fundamental de la dieta puertorriqueña y la pintura de Oller actúa como una especie de metonimia de su identidad cultural. Favela aprovecha la iconicidad de esta obra y sus resonancias culturales para reinsertarla en el discurso contemporáneo mediante nuevas preguntas relacionadas con las formas de crear arte, los materiales y su identidad.

La materialidad de las obras de Favela remite a una estética pop, pero su punto de referencia no es la cultura popular de los Estados Unidos sino la de su herencia mexicana y guatemalteca. Favela encuentra en las piñatas una anclaje con su identidad cultural, pero también un encuentro con el trabajo manual, pues son por lo general producidas por familias o mujeres de las clases bajas en los pueblos de Centroamérica. La piñata, explica Favela, es simultaneamente un símbolo de celebración y de violencia al ser un objeto que es usado en ocasiones festivas para ser golpeado fuertemente y destruido. Para el artista la piñata representa la apropiación y la explotación de símbolos culturales que en las culturas hegemónicas se convierten simplemente en decoración. El uso del papel de la piñata como material principal para la elaboración de sus obras cuestiona también las jerarquías de la academia artística. Mientras que se ha asumido que la pintura y la escultura son los medios más elevados para la creación artística, materiales como los que usa Favela se entienden como más cercanos a las prácticas artesanales. Sus “pinturas piñatas”, como él mismo denomina sus obras, cuestionan estas jerarquías de manera directa.