Adrián Balseca

Como si se tratara de una escena de la película Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, un paisaje de palmeras ardiendo se entrevé tras una nube de humo negro. Entre las llamas, la ceniza y los rastrojos abrasados se erige desvalida una motocicleta construida precariamente a partir de piezas sueltas. Un gigantesco fardo de racimos de bananos se sostiene en imposible equilibrio sobre el remolque de la motocicleta, improvisado mediante un frágil palé de madera. La voluminosa y pesadísima carga hace del todo inviable el avance de la motocicleta (que, además, carece de conductor). Esta obra es un homenaje a las luchas populares en Ecuador para defender la vida (la de los trabajadores y la de los recursos naturales): frente a la avaricia destructiva de las multinacionales extractivistas desde comienzos del siglo XX (cuando se instauraron las corporaciones del cacao en la zona), hasta hoy (en la actualidad las compañías bananeras explotan el territorio hasta tal punto que el 70% de las exportaciones mundiales de banano se originan en Ecuador), los agricultores han defendido su territorio.