ARTISTA 

Sylvia Palacios Whitman

TÍTULO 

Banana

AÑO

2020

País de origen del artista

Chile

DIMENSIONES

61 x 116.8 cm

TÉCNICA

Técnica mixta

Créditos: Imagen cortesía del artista

Realizada en 2020, esta obra a gran escala en papel de Sylvia Palacios Whitman, artista chilena afincada en Estados Unidos, aúna varios elementos característicos de su trabajo. Interesada en generar experiencias sensoriales que combinan el objeto artístico con la acción (ya sea danza o performance) para expandir la definición de la obra de arte, Palacios Whitman habitualmente trabaja con piezas efímeras propias del atrezzo de un teatro en sus coreografías. En el caso de la obra Banana, una figura masculina recortada en cartón evoca la tradición de las marionetas de papel. Por su sombrero de ala corta, traje y zapatos, el hombre de cartón recuerda la representación del capitalismo encarnada en un hombre vestido de traje propia de la pintura social de vanguardias. Otro rasgo fundamental de la obra de Palacios Whitman es la relación simbiótica entre el dibujo y la acción corporal: en numerosas ocasiones, sus obras en papel parecen bocetos para futuras performances y, con frecuencia, sus coreografías producen imágenes pictóricas. Además de la silueta de cartón, Banana incluye un dibujo de un banano sobre fondo azul añil, como si la fruta fuera una isla flotando en el océano. El banano parece tener una herida sangrante que lo vincula directamente con la figura del hombre/capitalismo a través de una línea enredada. Banana, por tanto, llama la atención sobre el extractivismo estadounidense en Latinoamérica en general y, en particular, en las islas del Caribe donde los recursos naturales como el banano son explotados por las multinacionales. Además, el hecho de que el dibujo del banano esté enmarcado como una obra de arte tradicional hace pensar también en el mercado del arte, representado de nuevo en la figura del hombre con sombrero, como un sistema parásito que se aprovecha del esforzado trabajo de los artistas. La obra de Palacios Whitman está marcada por su experiencia como migrante en Nueva York desde la década de 1960, una vivencia que nutre de carga política sus obras, como en el caso de Banana. Curiosamente, en una entrevista de 2015, Palacios Whitman rememoraba el hambre que soportó durante sus primeros años en la Gran Manzana. La artista recordaba que el mono que la acompañaba como mascota en esa época a veces le servía de excusa para que los vendedores ambulantes de fruta de la Avenida A le regalaran bananos que luego ella compartía con el animal. En definitiva, al igual que el nudo de líneas que aparece en Banana, esta obra vincula de manera rizomática varios elementos característicos de la carrera artística de Palacios Whitman.