Alberto Baraya

En su emblemática serie “Herbario de plantas artificiales” Alberto Baraya desafía la mirada reduccionista que a veces caracteriza las prácticas de catalogación. Desde 2001 el artista colombiano ha recolectado plantas artificiales y las ha sometido a disecciones taxonómicas siguiendo los principios de catalogación botánica de Lineo implantados desde el siglo XVIII y empleados en la Nueva Granada durante la Real Expedición Botánica dirigida por José Celestino Mutis. De esta manera, Baraya alude a las implicaciones coloniales de los proyectos de catalogación y visualización de los recursos naturales con el objetivo de transformar, comprender y gobernar la naturaleza. Baraya replica aquí los hábitos de la mirada científica: fragmenta, descompone y recompone las muestras botánicas sobre un fondo neutro con anotaciones y dibujos que pretenden explicar las funciones de las secciones de la “especie”. Pero la flora de Baraya no se encuentra en la naturaleza. Al contrario, el artista recoge las plantas de las calles o las roba de las salas de espera, restaurantes, funerarias y cualquier otro sitio donde las encuentre. A través de esta serie Baraya cuestiona y parodia el conocimiento empírico, y sus antecedentes coloniales, para crear un sistema de catalogación absurdo.

Frutales Carmen Miranda: Banana Miranda forma parte de la serie de obras que componen el “Herbario”. Esta obra fue creada específicamente para la exposición El banano es mi negocio: el estilo sudamericano curada por Pablo León de la Barra y Julieta González en el Museu Carmen Miranda de Río de Janeiro. En esta pieza Baraya disecciona un banano de plástico para cuestionar las nociones de “iconografía tropical” y las ideas de exotización y autoexotización asociadas a las frutas, el trópico y sus sujetos. La fruta aparece junto con tres fotogramas de la película The Gang’s All Here (1943) en la que la actriz brasileña Carmen Miranda realiza un «baile de bananos» con un grupo de mujeres que utilizan plátanos falsos de gran tamaño para producir efectos visuales repetitivos, como se evidencia en las fotografías. La obra incluye también un recorte de la imagen de Carmen Mirada durante su actuación en la película y dos dibujos hechos por Baraya. Uno de los dibujos es una interpretación irónica del paso de baile en el que las bailarinas levantan el plátano artificial y el otro es una representación del «sombrero de banano» de Miranda. Tanto la propia Miranda como su icónico sombrero de frutas se han convertido en desafortunados emblemas de las percepciones estereotipadas de los sujetos latinoamericanos, en particular de las mujeres. La obra de Baraya no solo explora cuestiones urgentes relacionadas con la reducción del género y la raza a estereotipos, sino también las formas en que las multinacionales que se benefician de los cultivos implantados en Latinoamérica y cómo estas continúan influyendo en las construcciones mediáticas y culturales del llamado Sur Global.