Antonio Henrique Amaral

Flotando sobre un fondo verde, aparece un racimo de bananos del que solo queda uno colgando. La fruta ocupa gran parte del espacio de la composición. Es gruesa y está madura. Titulada simplemente Banana, la obra hace parte de una serie amplia de pinturas hechas por Amaral entre 1967 y 1975 en la que el artista usa esta fruta como elemento simbólico de Brasil y como herramienta de denuncia durante el periodo de la dictadura que se vivía desde 1964. El banano se convierte literalmente en un cuerpo que es “torturado”, “desaparecido”, “desmembrado”. La soledad de la fruta en esta pintura en particular, resalta la situación crítica en la que se encontraba Brasil en ese momento, así como la posición del artista en un contexto artístico de alta opresión.