Leonardo Gallego

El artista y arquitecto colombiano Leonardo Gallego toma la conocida masacre de las bananeras de 1928 como punto de partida para este trabajo que reflexiona sobre el trauma de los repetidos episodios de violencia sufridos por la ciudadanía de su país. En esta instalación de gran formato Gallego esculpe tres enormes ramas de bananero colmadas de racimos de banano y las coloca sobre unas paletas cubiertas de papel de periódico y polvo. Los racimos de banano están realizados con tierra de tres lugares que han sido testigo de la violencia ligada a los abusos políticos, sociales y económicos resultantes de la internacionalización de la industria bananera desde comienzos del siglo XX: la zona del cultivo bananero de Ciénaga, la estación de tren donde se perpetró la masacre y Bogotá, capital donde residían los poderosos artífices del dramático episodio. A pesar de conservar la curvatura original de la fruta, Gallego modela cada uno de los bananos en forma de figura humana, como si se tratara de cuerpos calcinados, víctimas de la violencia.